Flora y Vegetación
La Manchuela Conquense presenta una flora y una vegetación muy diversa. En extensión es una comarca marcada por la vocación agrícola, a excepción de la mitad septentrional, con cultivos de cereal, viñedos, olivos y frutales, y los cultivos de regadío en las zonas de vega del Júcar. En los cauces de los ríos Júcar y Cabriel, la vegetación natural encuentra su refugio, y se desarrollan bosques de ribera bien conservados de tipo saucedas, alamedas y olmedas, además de un complejo de vegetación rupícola de gran interés en las hoces y barrancos de sus cauces.
Como comunidades importantes desde el punto de vista botánico, se presentan en la comarca: sabinares albares, sabinares subrupícolas de sabina mora, encinares, coscojares en umbría muy ricos en especies protegidas, pinares de pino salgareño, pinares de pino rodeno con jarales o jaral-brezales en suelos arenosos, etc.
Son importantes los enclaves con hábitats singulares como las comunidades gipsófilas, cantuesales, jarales, pastizales de arenas, también constituyen en su mayoría, espacios botánicos significativos, dada la rareza de sus comunidades y componentes florísticos.
Son importantes los enclaves con hábitats singulares como las comunidades gipsófilas, cantuesales, jarales, pastizales de arenas, también constituyen en su mayoría, espacios botánicos significativos, dada la rareza de sus comunidades y componentes florísticos.
Respecto a la vegetación se han reconocido en el territorio un total de 77 asociaciones, 2 subasociaciones y 10 comunidades vegetales sin adscripción sintaxonómica, que pertenecen a 29 clases fitosociológicas.
Las comunidades vegetales identificadas en La Manchuela Conquense se han agrupado según los siguientes bloques de vegetación y unidades según su aspecto fisonómico que se agrupan en 47 tipos de hábitat, 35 de los cuales se encuentran dentro del Catálogo de Hábitat de Protección Especial en Castilla-La Mancha o/y la Directiva 92/43/CEE.